mi meta, la coronación
Hace algunos años atrás me invitaron a una fiesta, donde desfilaríamos todas las chicas postulantes.
Primero tuvimos la cena, el baile y la noche terminaría con el desfile de todas las damas que estábamos presentes y finalmente la coronación de la ganadora.
A la hora del desfile todas las chicas nos colocamos en una fila, cada una con un número en la muñeca para que el jurado pudiera identificar por número, por quien votarían.
Una a una íbamos pasando por la pasarela… desfilando para el público presente…
Recuerdo que yo era la número 23, y éramos como 40 chicas.
Al final del desfile nos paramos una al lado de la otra esperando la votación del jurado y el aplauso del público decidiría quien le gustó más.
Primero eligieron a la segunda princesa…
Después eligieron a mí… primera princesa…
Y por último la coronación de la reina, mi amiga Mónica quien me había anotado para que participara.
En mi vida gané nunca nada, pero sentí una sensación hermosa cuando me pusieron la banda y la corona.
Lo había logrado!… llegué a ser la primera princesa entre un montón de mujeres bellas.
Lo mismo imagino cuando esté en Presencia de Dios.. diciéndome: lo lograste Naty! Llegaste a la meta.
Imagino los ángeles aplaudiendo, me imagino recibiendo mi corona de la vida, no por ser la mas linda o la mas talentosa, sino por QUERER LLEGAR a la meta.
El apóstol Pablo dice:
Filipenses 3:13 “Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús”
Yo misma no pretendía postularme para desfilar, pero olvidé la vergüenza e ignoré al público y proseguí a la meta… al premio.
Si dejamos atrás el pasado, el dolor y los problemas que sólo logran enredarte en pensamientos, y proseguimos hacia delante, es posible que, aunque sea cojeando llegues a la meta.
La meta de nuestra vida, debe ser:
- Olvidar lo que queda atrás
- Correr sin prisa, pero sin pausa
- Poner los ojos en el consumador de la vida: Jesucristo.
Hebreos 12:1 al 3 “Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios.
Considerad a aquel que sufrió tal contradicción de pecadores contra sí mismo, para que vuestro ánimo no se canse hasta desmayar.”
Si una cosa es cierta, muchas veces desmayamos por dejar de pensar en el premio y desviar los ojos de la meta…
Pablo dice que miremos a Quien tiene contradicciones y aprendamos a tener ánimo para no desmayar.
Los problemas cansan, la depresión te hace desmayar, la tristeza produce desaliento, y te vuelves ciego si te olvidas de la meta que tienes por delante.
Yo me dije a mí misma: simplemente desfila… olvida lo demás.
Yo te aconsejo, simplemente levántate y ten ánimo… corre o camina pero no dejes de mirar tu meta.
Jesucristo te está esperando para coronarte al final de esta vida.
Dios te bendiga.
EXCELENTE REFLEXIÓN, MUY ACERTADO PARA ESTE MOMENTO DE MI VIDA. BENDICIONES, MILES DE BENDICIONES.
Muchas gracias por esta reflexion, me llego en un momento preciso en el que tengo dificultades en el trabajo, en el que siento que por un errror esto cuase que cambie mi imagen ante mis jefes y ante el mundo porque todos tienen puesta su confianza en mi.
Dios les bendiga.
gloria a dios,sigamos hacia delante para alcanzar esa meta si señor,bendiciones.
Hola; muy lindo y ceretero, bendiciones para todos, en cuanto a Arquímedes no le des cabida a tus problemas más bien piensa que obtuviste la victoria, Dios derramara sobre ti y tu familia bendiciones hasta que sobreabunde…DTB