“En aquel tiempo los discípulos vinieron a Jesús, diciendo: ¿Quién es el mayor en el reino de los cielos? Y llamando Jesús a un niño, lo puso en medio de ellos, y dijo: De cierto os digo, que si no os volvéis y os hacéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos.
Así que, cualquiera que se humille como este niño, ése es el mayor en el reino de los cielos.
Y cualquiera que reciba en mi nombre a un niño como este, a mí me recibe.
Y cualquiera que haga tropezar a alguno de estos pequeños que creen en mí, mejor le fuera que se le colgase al cuello una piedra de molino de asno, y que se le hundiese en lo profundo del mar.” (Mateo 18:1 al 6)
Siempre que veo en mi hogar el comportamiento de mis hijos aprendo cada vez más como funciona Dios en relación conmigo.
Mi hijo menor Bruno (1) está aprendiendo a caminar, ahora se sube a todos lados, se para en su silla alta y mi temor es que se caiga y se golpee, pero él se ríe, me mira y se lanza a mis brazos!
No sé cómo?, pero mi hijo sabe que yo no lo dejaré caer… él de alguna manera cree en mí, confía en mamá y papá, y hasta se divierte!
En éste pasaje Jesús les enseña a sus discípulos a ser como niños, en cuanto a creer y confiar, y hasta resalta que de ésto se trata la humildad.
Ser como niños implica que yo no necesito un libro de “cómo creer en Dios”, simplemente creo.
“¿no te he dicho que si crees verás la gloria de Dios?” (Juan 11:40)
Cuando se habla de la gloria de Dios nos imaginamos cosas como: un destello de luz, o un rayo super-poderoso, o una nube blanca, o cosas magníficas…
Pero yo creo que la gloria de Dios es ver a mi PADRE del cielo sosteniéndome para que no caiga, es confiar en mi Padre cuando tengo hambre y él lo sabe, es creer que si he caído vendrá pronto en mi auxilio a levantarme a sanar mis heridas…
¿acaso yo no hago lo mismo con mis hijos?
¿Acaso ud. Deja a sus hijos sin poder confiar en ud.?
Claro que no!, pues así debemos confiar en Dios, como un niño que hasta se divierte viendo a su padre o a su madre correr tras él, levantarlo, disfrutarlo, y compartir esa relación hermosa que existe cuando hay plena confianza.
“es pues la fé la certeza de lo que se espera…” (hebreos 11:1)
Yo no sólo espero que Dios me oiga si oro y lloro, sino que también tengo la plena confianza de que El me oye y viene en camino.
Yo no sólo espero que Dios me saque de esta angustia y depresión, yo de alguna manera sé que me vá a sacar a lugar espacioso.
La certeza de lo que esperas es la confianza que necesitas tener para poder ver!
Eso es fé en Dios!… Es total y absoluta dependencia.
Bruno no puede bajar solo de su silla, necesita de mi ayuda, y para eso tiene que confiar en mí.
Ud. Cuando reconozca que en la situación que se encuentra en éste momento, no puede sólo, entonces necesariamente recurrirá a la humildad de pedir y confiar en Dios para que le ayude.
Ayuda-espiritual, se basa en lo que dice la palabra de Dios y dependerá de mí y de ud. El CONFIAR COMO UN NIÑO.
¿el premio?, entrarás en el reino de los cielos y conocerás que te puedes mover en el ámbito sobrenatural de todas las cosas y a pesar de las circunstancias.
Porque Dios, es un Dios confiable: Lo que El te dijo lo hará.
“Confía sólo en El y él hará” (salmo 37:5)
Bendiciones.
Gracias es lo que esperaba recibir, aveces siento que Dios no tiene encuenta mi angustia, pero hoy estoy segura en El. bendiciones.
Solo hay que creer y Dios lo hará, yo en lo personal le dije que dependía de EL, es maravilloso el es nuestro proveedor, sin confiamos y creemos el no nos dejara, se lo dijo como testimonio por que he visto a Dios sorprenderme todos los días, bendiciones
Dios, es mi todo!!!!!!!!!!!
Asi es, Confiemos como niños en Dios, creyendo sin dudar.