La mujer ejemplar
Proverbios 31:10 al 31 (Biblia versión actual)
“¡Qué difícil es hallar una esposa extraordinaria!
¡Hallarla es como encontrarse una joya muy valiosa!
Quien se casa con ella puede darle toda su confianza; dinero nunca le faltará.
A ella todo le sale bien; nunca nada le sale mal.
Sale a comprar lana y lino, y con sus propias manos trabaja con alegría.
Se parece a los barcos mercantes: de muy lejos trae su comida.
Se levanta muy temprano, y da de comer a sus hijos y asigna tareas a sus sirvientas.
Calcula el precio de un campo; con sus ganancias lo compra, planta un viñedo, y en él trabaja de sol a sol.
Ella misma se asegura de que el negocio marche bien;
toda la noche hay luz en su casa, pues toda la noche trabaja.
Ella fabrica su propia ropa, y siempre ayuda a los pobres.
No le preocupa que haga frío, pues todos en su casa andan siempre bien abrigados.
Toma telas de lino y de púrpura, y ella misma hace colchas y vestidos.
En la ciudad y en el país su esposo es bien conocido, pues ocupa un lugar importante entre la gente de autoridad.
La ropa y los cinturones que ella misma fabrica, los vende a los comerciantes.
Es mujer de carácter; mantiene su dignidad, y enfrenta confiada el futuro.
Siempre habla con sabiduría, y enseña a sus hijos con amor.
Siempre está pendiente de su casa y de que todo marche bien.
Cuando come pan, es porque se lo ha ganado.
Sus hijos la felicitan; su esposo la alaba y le dice:
«Mujeres buenas hay muchas, pero tú las superas a todas».
La hermosura es engañosa, la belleza es una ilusión;
¡sólo merece alabanzas la mujer que obedece a Dios!
¡Que todo el mundo reconozca los frutos de su esfuerzo!
¡Que todos en la ciudad la alaben por sus acciones!”
Al leer este proverbio sin querer me salía reírme de mí misma! puesto que si una mujer para ser virtuosa debe tener éstas características que leemos en proverbios, estoy tan lejos como el cielo de la tierra! Y…
Pensaba… mujeres virtuosas eran las del tiempo de mi abuela!: que cocinaban las pastas caseras, amasaban pan, cosían su propia ropa, lavaban a mano en el río, cortaban leña, le daban de comer a la tropa de hijos y como si fuera poco a los pollos, chanchos y otros animales que luego mataban valientemente para cocinar.
Tenían muchísimos hijos (porque no había tele…) y sin epidural ni clínicas privadas (mas bien estaban privadas de todo!: Voz y voto)
Yo me pregunto. ¿Cómo hacían?!
Me saco el sombrero ante aquellas mujeres de antes, que no conocían el microondas, el lavarropa automático, el anafe con encendido eléctrico, los hiper supermercados, las comidas rápidas o congeladas, los fabulosos shopping, y aún mejor: las compras por Internet!
Mas que mujeres virtuosas… ahora somos mujeres “virtuales” que nos levantamos a trabajar en la note book, renegando… tenemos un hijo que vale por dos o tres en la forma que se comporta!
Lo mandamos a guardería porque es mucho stress tenerlo en casa…
Vamos al shopping compramos ropa y nos quejamos que estamos gordas.. volvemos a casa, sacamos algo del freezer y lo calentamos al microondas y la cena está lista!
El marido rara vez nos alaba, mas bien es al celu o al auto al que “lava”
¡como cambiaron los tiempos! Como llegaremos a ser virtuosas?!
Esa es la pregunta que le hice hoy al Señor… y Dios, que es el mismo ayer y hoy… respondió de la misma manera y con el mismo amor…
“solo merece alabanzas, la mujer que obedece a Dios”
Dios te bendiga querida mujer en éste día!
hay Dios mio hasta donde hemos llegado, pero con tigo si somos mujeres virtuosas por q tu nos das esa fuerza pero sinceramente hay q mejorar. no ser mas mujeres virtuales ayúdanos a mejorar señor
amen
jajajajajja…es verdad!!!y aveces ensima nos dejamos influenciar por el mundo y sus corrientes, tb volviendonos vanidosas y superficiales, y eso esta mal….para ser una mujer ejemplar como Dios quiere tenemos que buscar más de la presencia de Dios en nuestras vidas para enamorarnos aun más de El y asi obedecerlo mas que por deber, que sea por amor genuino a su palabra y a su amor…Bendiciones!!
Gracias por la reflexion 🙂