“Que tu sí, sea si… que tu no sea no”
Esta enseñanza me trae al recuerdo sin ser tan mayor que conocí por mi padre, tiempos en que para adquirir un préstamo bancario grande, bastaba con firmar un documento simple como un Pagaré y la palabra de la persona de que cumpliría con sus pagos.
En la gran mayoría de los casos las personas honraban su compromiso, porque estaba de por medio su palabra que era su prestigio y dignidad. Los bancos por su lado cuidaban celosamente el dinero de sus clientes al punto de tener fondos propios en demasía para poder responder inmediatamente a todos sus clientes en caso de requerirlo, porque estaba de por medio la palabra y por ende el buen prestigio del dueño del banco.
Pero en menos de 40 años todo esto a cambiado, las deudas impagas es lo mas común a casi nadie le importa quedar bien con su palabra empeñada a pesar de que hoy adquirir una deuda mayor implica hipotecar sus bienes, por otro lado el prestigio de los accionistas de los bancos están por los suelos y su palabra no vale nada, llegando al punto de estafar a sus clientes publicando balances fraudulentos para engañarlos de que todo está bien para que sigan depositando su dinero y todo esto en complicidad de las autoridades monetarias llamadas a velar por los intereses de los depositarios.
Toda esta degradación moral de la sociedad en que estamos inmersos ahora, empezó por la falta de Dios en el corazón de las personas y por no saber cumplir con su palabra.
Dios dice y hace, como hijos de Dios: ¿hacemos lo que decimos?
comentario por Marcos Tapia.
bendiciones para todos.
La palabra de DIOS es la unica que se cumplesin ninguna duda
hojala sigamos su ejemplo siguiendo una vida sincera en
CRISTO JESUS. BENDICION PARA TODOS.