Orgulloso de mí!
Hay gente muy buena en lo que hace y a lo que se dedica, a eso le añades unas palmadas en la espalda, un apretón de manos y unas palabras de “felicitaciones” y consigues un rostro sonriente! lleno de orgullo.
Dicen que el orgullo es como un globo que se vá inflando:
Recibes honores académicos, se te infla el pecho orgulloso haberlo logrado…
Te casas con la mujer de tus sueños, te llena de orgullo haberla conquistado…
Te ascienden en tu trabajo, tu orgullo te dice por dentro: “bien hecho! hiciste muy buen trabajo”…
o te dieron un puesto en tu iglesia, (mas allá de ser miembro) por ser el mas colaborador y dedicado a los feligreses, esperas mantener tu puesto de SIERRRVOOO celoso, y por supuesto.. “fiel al Señor”. Y tu orgullo es cada vez mas grande, porque aunque no queremos ser malos, el orgullo nos infla el pecho de a poco… sin que nos demos cuenta.
Conozco un hombre en la Biblia que tenía también sus razones para enorgullecerse:
Filipenses 3:4 al 6 “Aunque yo tengo también de qué confiar en la carne. Si alguno piensa que tiene de qué confiar en la carne, yo más: circuncidado al octavo día, del linaje de Israel, de la tribu de Benjamín, hebreo de hebreos; en cuanto a la ley, fariseo; en cuanto a celo, perseguidor de la iglesia; en cuanto a la justicia que es en la ley, irreprensible”. (Pablo Apóstol)
Sin embargo, Dios pensó que todos esos grados académicos y religiosos que Pablo tenía… las cosas del cielo que le eran reveladas, como a ningún otro hombre se le había revelado; no iban a servirle de nada para entrar al reino de los cielos si tenía orgullo en su corazón, entonces para que en Pablo no se repita la historia de Satanás (…recordemos que Lucifer antes de ser echado del cielo era el mejor, el mas hermoso, el mas talentoso músico y líder de la orquesta en el cielo, Dios lo desechó por orgulloso.)
Dios le dá al Apóstol un aguijón en la carne.
2 corintios 12:1 “Nada se gana con hablar bien de uno mismo. Pero tengo que hacerlo. Así que ahora les voy a contar las visiones que tuve, y lo que el Señor Jesucristo me dio a conocer.2-3 Conozco a un hombre que cree en Cristo, y que hace catorce años fue llevado a lo más alto del cielo. No sé si fue llevado vivo, o si se trató de una visión espiritual. Eso sólo Dios lo sabe.4 Lo que sé es que fue llevado al paraíso, y que allí escuchó cosas tan secretas que a ninguna persona le está permitido decirlas.5 Yo podría estar orgulloso de conocer a una persona así, pero no de mí mismo, pues yo sólo puedo hablar de mis debilidades.6 Claro que hablar bien de mí no sería una locura, pues estaría diciendo la verdad. Pero no lo voy a hacer, porque no quiero que alguien piense que soy más importante de lo que en realidad soy, sólo por las cosas que hago o digo,7 o por las cosas maravillosas que Dios me ha mostrado. Por eso, para que no me llene de orgullo, padezco de algo muy grave. Es como si Satanás me clavara una espina en el cuerpo para hacerme sufrir.8 Tres veces le he pedido a Dios que me quite este sufrimiento,9 pero Dios me ha contestado: «Mi amor es todo lo que necesitas. Mi poder se muestra en la debilidad». Por eso, prefiero sentirme orgulloso de mi debilidad, para que el poder de Cristo se muestre en mí” (versión lenguaje actual)
Si a Pablo Dios le dio un aguijón o espina como dice ésta versión, fue para “pincharle el globo” de su orgullo.
A Pablo parecía dolerle ésta espina, claro que a nadie le gusta que le “pinchen el globo” cuando ha logrado algo!
Dios dice que mejor es para los “apóstoles pablos”, un aguijón que desinfle ese orgullo, pues si tus logros se deben a tu esfuerzo, o a tu hermosura, o a tu dedicación.. ¿Dónde queda la gloria para Dios?
¿Y donde quedas tú?
- En primer lugar siempre la gloria es y será de Dios.
- En segundo lugar, si tus logros te inflan el orgullo corres peligro; no de tener un aguijón en la carne, sino de ser desechado del reino!
- En tercer lugar, si has logrado muchas cosas y siempre haz reconocido que fue por gracia y poder de Dios, entonces a Dios no le hará falta darte un pinchazo con ningun aguijón.
Proverbios 3:5 “Fíate de Jehová de todo tu corazón, Y no te apoyes en tu propia prudencia.
3:6 Reconócelo en todos tus caminos, Y él enderezará tus veredas.
3:7 No seas sabio en tu propia opinión; Teme a Jehová, y apártate del mal;
3:8 Porque será medicina a tu cuerpo, Y refrigerio para tus huesos”.
Dios es increíblemente bueno! El sabe lo que es mejor para nuestros cuerpos, para nuestras almas y para entrar en Su reino, aunque a nosotros nos moleste que nos pinchen el globo, creo que es bueno ser sabio y desistir de la idea “yo soy mejor que…” o “ahora me van a tener que respetar…” o cosas así, que sólo sirven para que Dios se aleje de ti, porque el amor no es orgulloso y el amor es Dios.
Bendiciones!!