crisis por caprichos…
Mi hija de casi 2 años, hace travesuras como cualquier niño en esta edad.
Lo que me asombra es la astucia con que lleva a cabo sus fechorías…
Cerró la puerta de la habitación principal, luego corrió una silla hasta una cajonera, no muy alta donde está el teléfono… al llegar a la cajonera, subió por encima de la ropa doblada para alcanzar el teléfono y llamaba al taxi:
“taciiiii…. Miníiiii… voy a paza…!”
Cualquiera diría que no la saco a la plaza nunca, ya que llama a un taxi para poder ir..
Claro que la saco a pasear! Pero antes veo si no hay cosas para hacer en casa, si tenemos dinero la llevamos a los juegos mecánicos, y toda la preparación que requiere una salida.
No la voy a llevar si está enferma, por ejemplo.
Creo que no nos diferenciamos mucho de los niños cuando se trata de Dios como Padre.
Nuestro Padre que está en los cielos nos ama y nos quiere dar todo!
Nos quiere sanos, prósperos y felices.
3 Juan 1:2 “Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma”
Nuestras vidas se complican cuando tratamos de hacer lo que nos parece, y muchas veces no tenemos la capacidad de manejar asuntos por nuestra cuenta, como mi hija no tiene la capacidad de irse en taxi rumbo a la felicidad… perdón… a la plaza.
Cuando cerramos la puerta de nuestro corazón para que Dios no nos diga: “no”… y hacemos nuestras fechorías, es cuando entramos en problemas y luchas internas con la consciencia y hasta en pleito con Dios.
Así como yo entré a la habitación y la bajé de un brazo con una palmada fuerte en la cola, así Dios a veces tiene que darnos duro para que entendamos que hay cosas que no se hacen.
Por ende lloramos, pataleamos, hacemos nuestros berrinches y decimos: “me quiero morir!”
Entramos en depresión, en desesperación, ansiedad, pudiendo evitar todo esto.
¿Nos ponemos caprichosos con alguien o con algo?
Por supuesto que si! Muchas veces Dios dice:
“ese chico, no hija mia”… o nos dice: “no es el tiempo para casarte…” o …”deja de volver al pasado”…
Pero nosotros seguimos haciendo oído sordo y le damos menos bolilla a Dios que una niña a los autitos o que un niño a las muñecas. Muy difícil.
Salmo 14:1 “Dice el necio en su corazón: No hay Dios. Se han corrompido, hacen obras abominables; No hay quien haga el bien.
:2 Jehová miró desde los cielos sobre los hijos de los hombres, Para ver si había algún entendido, Que buscara a Dios.”
Si hay quien busque a Dios, haya también quien le obedezca para que honremos a Dios y hagamos el bien, y sean nuestros dias largos y benditos sobre la tierra.
Bendiciones a todos.